Voy a comentar uno de los grupos santo de mi devoción, así que lo más seguro es que no sea nada objetivo; tampoco quiero serlo.
Noveno disco de estudio y primero para el gran guitarrista Alberto Marín (ex - Skunk D.F), donde pone su aliño en las guitarras acompañando a Tarrega con riffs potentes, contundentes y trabajados. Mención aparte tiene el batería Paco Sánchez volviéndonos a sorprender más que nunca con su pegada arrítmica – se lo tiene que agradecer en parte al bajista Álvaro Tenorio -. Con las voces en este disco tengo mis dudas. Es cierto que han pasado los años para Molly y el instrumento que más acusa el paso del tiempo es la voz. En este disco suena las partes “guturales” con menor fuerza que en discos anteriores pero respetando las partes melódicas.
Hamlet siempre ha sido un grupo innovador, rompedor en cuanto a estilo dentro de la escena metalera Española, sorprendiendo a propios y extraños con su fenomenal y personal disco Syberia (Locomotive Music,2005), y con una cantidad de matices inimaginables. También se nota mucho la evolución en cuanto a musicalidad y en cuanto a letras – mucho más abstractas en ocasiones, muy en la línea este último disco de álbumes como “El Inferno, Hamlet y Pura Vida (locomotive music, 2006)” donde dejan al oyente libertad para poder interpretar lo cantado en su vida personal.
La puta y el diablo es el disco más trabajado de la banda, no tan personal como El Inferno (Zero Records,2000), pero igual de desgarrador y sublime.
Hamlet han sabido evolucionar como pocos, han encontrado su estilo pero sin quedarse anclados en fórmulas pasadas, permiten recupera sus antiguos discos sin perder visión con una continuidad en el presente - Sanatorios de muñecos (Escila / Romilar D, 1994) y Revolución 12.111 (Zero Records, 1996) - , nos han revuelto las emociones con discos intimistas, no nos han dejado dormir con su Insomnio(Zero Records, 1998), nos han mostrado totalmente su esencia en su álbum homónimo (Locomotive music, 2002), y han conseguido dar un paso más allá con Roadrunner Records y su último plástico, consiguiendo rescatar fragmentos “espídicos” y continuar con medios tiempo más melódicos.
Escucho este disco sin perder de vista a Machine Head ni a Dream Theater, me enamoro con temas como el traje del muerto y siete historias diferentes, me quito el sombrero con la canción no habrá final y su primera parte instrumental, abro bien los oídos para no perderme ni una nota en el hábil reino del desconcierto, en el nombre de dios y si no tú quién; y me vuelvo creyente con los demás temas.
Tengo la impresión que va a ser un disco catalogado como imprescindible con el paso de los años dentro de la discografía de Hamlet en particular y dentro del metal español en general. Pienso que adquiere robustez dejándolo reposar como ocurre con los buenos vinos. Supongo que ahora giraran presentando La Puta y el Diablo, y recuerdo que han salido de la celebración de su 15º aniversario conmemorándolo junto con los fans mediante una serie de conciertos donde tocaron únicamente canciones de sus primeros discos. Veremos qué tal se toma el público sus nuevas canciones en directo y cómo se toma la crítica un disco tan compacto.
Hamlet - El hábil reino del desconcierto (La puta y el diablo)
Hamlet - En mi nombre (Pura Vida)
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