Tenía que pasar. A pesar de que "Libre, 2007" no fue un mal disco; no eran Azrael, y ellos lo sabían. Se habían negado a sí mismos haciendo un hard rock vulgar.
Ahora con su nuevo disco "Metal Arena" vuelven a sus raíces más sólidas, cuya culminación la escuchamos y la disfrutamos con su espetacular disco de power metal "Dimensión IV".
Este último disco absorve la esencia instrumental, ambiental y casi vocal (muy buen trabajo de su nuevo vocalista Marc Riera; no se echa para nada de menos a Manuel, que si bien tenía una buena voz, en ocasiones se hacía chirriante, ni a su sucesor Miguel) del Dimensión IV - si consigues cerrar los ojos (a mí me pasa) te transporta 9 años atrás como si no hubiese pasado el tiempo, como por arte de magia -.
Vuelven con letras personales, filósoficas si me apuran, sintíendose cómodos con lo que hacen, con medios tiempos de la calidad de Soledad o Aire y temas más powerianos como Para bien o para mal, Decierte Adiós o Momentos bajos.
Su primer disco "Nada por Nadie" le encumbró dentro del paranoma neonato hispano de Heavy Metal allá por el año 1996. Los dos discos posteriores ("Futuro, 1998 y Mafia, 2000) asentaron las bases de un grupo Granadino con las ideas muy claras y con una potente formación. Después del citado Dimensión IV, el cantante Manuel abandóno el grupo por motivos personales, y fue en este momento cuando mis expectativas se vieron defraudadas con su siguiente plástico "Libre".
Ahora vuelven con mucha más fuerza (en todos los aspectos), demostrándo en todo el disco que siguen muy vivos y regalándonos a los fans un disco especial, porque se le coge cariño a la banda y te alegras de verlos recompuestos y con la misma ilusión que cuando empezaron.
Sacrificio del disco Dimensión IV, para que veáis la similitud con el Metal Arena.
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