
El desarrollo y posterior consolidación vienen envueltas en papel de seda con el Reign in Blood (Slayer, 1986) o el Pleasure to kill (Kreator, 1986), por citar algunos ejemplos. También en Alemania surgieron grupos con una influencia más que notable en la actual concepción del Thrash (Sodom, Destruction, y los ya citados Kreator).
Mientras, en España estábamos sumergidos en la edad de oro del pop (?¿) con grupos como Radio Futura, Mecano, Los Secretos, El Último de la Fila, Loquillo, Cetlas Cortos...). Entonces, ¿dónde estaba el thrash metal español?. Pues en proyecto huevo, como decía un profesor mio. Lo más "metal" que surgió en España fueron bandas como Barón Rojo y su Larga Vida al R´R (1981), Barricada o Rosendo.
Hay que reconocer que en la década de los 90 empezamos a ver algo de luz en cuanto al acercamiento hacia lo tradicional, con álbumes con mucha promesa que luego se quedaron en agua de borraja, esto es, en decepción y en rutina unos, y en disolución otros (Mago de Oz, Ankhara, Tierra Santa, Avalanch...)
Un grupo que siempre marcó esa diferencia entre el metal antiguo y el nu-metal son los madrileños Hamlet, con una música que, sin llegar al Thrash, muestra paisajes de grupos como Sepultura o Pantera y que luego ha sido culminado con el grupo Vita Imana reventando los oídos de los alemanes en el Wacken ´10. Su nueva obra Uluh se desmarca de sonidos "sepultureros" para, en combinación con música tribal, conseguir un sonido personal e íntimo.

El surgir del thrash metal español viene, sin lugar a dudas, de un grupo Albaceteño allá por el año 2000 llamado Angelus Apatrida. El rápido y genial Clorkwork (2010) hace de ellos un consolidado grupo y abre el telón a este sub-género en este país. Ahora bien, no sería de recibo comparar lo que significó el Kill´em all en la década de los 80 con el Evil Unleashed (Angelus Apatrida, 2007); si bien es cierto que en España siempre hemos querido tener grupos que hicieran música como Metallica, nunca conseguíamos cuajar en cuanto a estilo (Muro, Legión). Así pues, Angelus Apatrida proporcionaron el caldo de cultivo perfecto, tras años de dedicación y calidad, para el perfecto cocido del thrash hispano.

The Call (2012) confirma todo lo anterior y ratifica el buen estado de forma del género. Grupos como Crisix y su genial The menace (2011) o la maqueta a tener en cuenta de los Vallisoletanos No Concession , amén de grupos como The Eyes o Clorwork, hace que estemos inmersos en la era del thrash. Ahora bien, todavía tenemos una asignatura pendiente, el idioma nos cierra muchas puertas en cuanto a público y resonancia mediática, pero aun así, todavía no podemos hablar de un thrash 100% autóctono hasta que no utilicemos la lengua de Cervantes y nos ganemos el respeto con discos vendidos fuera de nuestras fronteras. ¿Os podéis imaginar un "Mátalos a todos" en la década de los 80?
Mi profecía va encaminada hacia grupos de la nueva era del metal española, los Machine Head, Fear Factory, Slipknot o Pantera españoles llegarán antes o después. Mientras tanto, disfruten del Thrash hecho en casa, que siempre sabe mejor.